jueves, 28 de abril de 2016

¡¡¡¡Hannah Montana es Guay!!!!


Sí, amigos del Blog Sucio. El Lector Furioso no ha enloquecido, sino que está lleno de esperanza e ilusión al haber encontrado una cosa que creía extinguida como los dinosaurios: música comercial más que buena, genial, que no ofende al oyente y que se atreve a proponer cosas diferentes.

Y la cantante no es otra que Miley Cyrus, de quién, con toda justicia, no sabía si pensar que era un producto de marketing o el enésimo juguete roto. Desde luego sus intentos de llamar la atención me dejaban indiferente, y su música era, para mi particular gusto, menos que mediocre.

Hasta ahora.

¿Qué ha pasado para que obre este milagro? ¿Qué ha hecho que una cantante en las antípodas de los gustos del Lector Furioso haya pasado a ser una fascinante artista de canciones sublimes?

La respuesta es sencilla: en su camino se han cruzado The Flaming Lips. O Her dead petz, que para el caso es lo mismo.

Un poco de historia: The Flaming Lips es una de los escasos grupos que merece la pena seguir en la actualidad (el otro sería The Ladybug transistor). Básicamente un trío (Wayne Coyne como inusual frontman, Steven Drozd como hombre orquesta y Michael Ivins como bajista), al que a lo largo de las décadas se les ha unido un grupo intermitente de músicos, su carrera es una de las más fascinantes, osadas e irregulares de las últimas décadas y sus mejores obras suponen capítulos esenciales de la música popular contemporánea.

Tras unos inicios diletantes en la escena punk garajera de los 80, los Flaming alcanzaron gran popularidad en la era grunge con maravillas como Transmisions from Satellite Heart o Cloud taste metallic. Con su single She doesn´t use jelly alcanzaron un gran éxito que les llevó incluso a aparecer como estrellas invitadas en Sensación de vivir (teclead en youtube el titulo de la canción y Beverly Hills 90211 y alucinad!!!!!).

Obligados a reinventarse, deslumbran y desconciertan (a partes iguales) a mediados de los 90 con el experimental Zairreka, un majestuoso disco cuadruple de música psicodélica que, para que tenga sentido, deben reproducirse los 4 cds a la vez (afortunadamente en Youtube hay una mezcla, para disfrute del personal). Un auténtico "viaje" que podía hablar de tú a tú con los mejores logros de Pink Floyd.

The soft bulletin, supuso la impresionante consagración del grupo, y uno de los discos imprescindibles en cualquier Top Ten ( y si no lo has escuchado, siento lástima por tí, aunque todavía puedes remediarlo). Yoshimi battle the pink robots, su más estruendoso exito (grammys inclusive), y su continuación At war with the mystics, un puñado de extraordinarias canciones.

A éstos que siguieron experimentaciones por un tubo, con resultados desiguales. Merecen, eso sí, destacarse dos títulos: Embryonic, obra excesiva, e irregular pero que abunda en momentos felices (el videoclip de la canción Watching the planets tiene el honor de ser el mejor de todos los tiempos, según criterio del Lector Furioso. Mi decencia me impide hablar del contenido y también de enlazarlo. Búsquenlo por Vds mismos en HD en youtube, y ya me dirán), y The terror, obra brutal, electrónica de la depresión y del "de todos modos, hay que seguir adelante" que se publicó en el demasiado lejano 2013.

A ello siguieron una catarata de obras mediocres (aunque el EP Peace sword no está mal), y de ideas extravagantes pero inanes, como una canción de 24 horas. Hasta que sacaron un disco de versiones de los Beatles, donde coincidieron con Miley Cyrus, precisamente, lo mejor de un LP olvidable.

Y fue ahí donde obró el milagro.

Miley Cyrus se reveló como fan de los Flaming. Y los Flaming supieron ver el enorme potencial de la ex-Hannah Montana y orquestaron un disco hecho por cuatro duros, que se regaló a través de internet el verano pasado, titulado Miley and her dead petz. Un trabajo desenfrenado, desnortado, sin medida (23 canciones!!!), sin pulir, con más altibajos que un cardiograma, pero también genial, con una Miley Cyrus en estado de gracia capaz tanto de atacar canciones inolvidables como Dream Tiger, Karen don´t be sad o BB Talk, como de atentar, sin ningún tipo de pudor, las mayores gilipolleces. Un trabajo que debe tanto a la psicodelia, como al rock cósmico o progresivo y que nace del desgarro emocional por la pérdida de su perro Floyd (!!!!!!!!!).

Y si excelente y excitante es el disco, no encuentro calificativos para los conciertos que siguieron a su publicación. Si uno es capaz de dejarse de prejuicios y soportar los molestos y constantes intentos de la Cyrus por llamar la atención (que le hacen aparecer desnuda en una de las canciones, o llevando un consolador gigante, o aparecer vestida de bebe, embutida en un traje de mantequilla o qué se yo), el resultado de dichos conciertos entra directamente  en lo que se puede catalogar de excelencia, con las canciones convertidas en orgásmiscos espectáculos psicodélicos de decenas de minutos de duración (I forgive you o Dream Tiger, que apenas si destacan en el disco son, en directo, auténticas obras maestras), que aceleran el pulso y pueden llevar al colapso a un taquicárdico. Miley Cyrus se revela como una impresionante cantante en una auténtica orgía audiovisual que deja pequeño cualquier artista contemporáneo, que puede suponer la madurez de una cantante estigmatizada (tal vez, con razón) y hace albergar esperanzas en el futuro de la música comercial, en el de Miley Cyrus, y, por supuesto, en el de The Flaming Lips.
Aquí os dejo un enlace para que comprobeis por vosotros mismos que todo lo que os digo no es una exageración sino una contundente, feliz realidad. Más de dos horas de auténtica genialidad, que no tiene por qué estar reñida con la más descarada comercialidad.


Altamente recomendable!!!!

El Lector furioso (hoy Oyente Emocionado)

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