sábado, 29 de agosto de 2015

“Kei, Crónica De Una Juventud”: Sobran Las Palabras


Podría hablar maravillas del tándem Kazuo Koike-Goseki Kojima, pero sería una obviedad. Podría hacer una reseña, repleta de elogios, de “Kei, crónica de una juventud”, del elevadísimo  nivel de los capítulos que contiene, en especial los dos últimos, pero serían simples palabras vanas. Podría lamentarme por el hecho de que no recibirá premios, a pesar de merecerlos,  de que no estará en el primer puesto en las listas de ventas o de que no muchos lo incluirán en su socorrida lista de “Lo mejor del 2015”. ¿Acaso importa?

En absoluto.

Porque lo auténticamente relevante de una obra de este calibre, de la majestuosamente intimista historia que nos cuenta, es lisa y llanamente su mera existencia. Ese simple hecho tiene que encerrar algún sentido, algún significado. No sé bien el qué, pero desde luego sí de que debe tratarse de algo tan positivo  como fundamental.


Ante esto, todos los demás comentarios sobran, amigo lector. Tanto da si te gusta el manga, como si te van los cómics europeos, los superhéroes o el indie norteamericano.  Esta obra de Koike y Kojima está por encima de eso. La capacidad para emocionar que con un simple dibujo, un mero cartucho de texto, un diálogo o una frase se alcanza es, bueno…


Mejor lo descubrís por vosotros mismos. Y a lo mejor, si sois afortunados, os llegará como a mí me ha llegado. Y tal vez, solo tal vez, tras su lectura el mundo os parezca un poco menos negro. Aunque sólo sea una ilusión que dure mientras pensáis en el río que corre en el fondo del ojo, en cómo se ata una flor, en cielos rojos un día de lluvia o en la tremenda, imparable fuerza de la compasión y la empatía.

Koike, Kojima, ECC… Gracias.

El lector (seriamente) emocionado

domingo, 16 de agosto de 2015

Tebeos de feria del libro

Estamos ya en la recta final del verano y aun no había hecho un post de cómics veraniegos, cosa que llevo pensando desde que comencé mis vacaciones. El tiempo ha ido pasando y he pensado en reencauzarlo de otra manera, es decir, otra cosa típica de estas fechas era la tan echada de menos feria del libro, así que ¿por qué no hacerlo de este evento? Hasta no hace muchos años, esto era un motivo de alegría para mí y mi hermano y aunque el nivel iba decreciendo año tras año siempre había alguna cosilla reseñable que encontrábamos poniéndonos las manos llenas de mierda de tanto rebuscar entre tebeos viejunos (y no tan viejunos).

Feria del libro "random" que he encontrado por google. No he encontrado fotos de la de mi pueblo XD

Cuando aun no se compraba por internet, lo pasábamos en grande rebuscando el material que traían muchas librerías de ocasión de varias partes de la geografía española. Por desgracia, a medida que se veía más rentable vender desde portales como todocolección y cosas así, cada vez iba menguando el número de librerías que se desplazaban a este pueblo de la Axarquía, relegándose a unos cuantos de la geografía malagueña y poco más. 

Finalmente, esto llego a su fin hará un par de años o 3, cuando los libreros de la zona protestaron por las bajas ventas que sufrían estas, ya que los veraneantes preferían echar un vistazo en las casetas ya que el precio era significativamente menor. ¿Cual fue la solución? Muy fácil: a tomar por culo la feria del libro; poniendo así fin a una de las mejores cosas que tenía el verano para nuestro gusto.

Tirando de ese recuerdo he decidido hacer una pequeña lista con mis compras más entrañables de aquella época. No me voy a detener mucho en cada una, ya que algunas tienen su propia reseña:

Robo Hunter


Menudo puto clásico la miniserie de Robo Hunter publicada por Ediciones Zinco. Este se convirtió en uno de mis cómics favoritos de pequeño, el grandísimo guión de John Wagner y el dibujo de Ian Gibson supusieron para mi una patada en el cielo de la boca, haciendome interesarme por otro tipo de tebeos. Había vida más allá de los Mortadelos y los Copitos.


Posteriormente, me hice en otra feria del libro con la siguiente serie inconclusa que editó aquí MC Ediciones. El guión ya no corría a cuenta de Wagner y el dibujo de Gibson no era tan acertado. Además incursión de Hoagey, el robot Jar Jar Binks, no me hizo especial ilusión. Más si lo comparamos con el Sam Slade de la primera serie y sus secundarios como "cutie" y "nene". Bestial.

The Spirit


Los saldos de aquella serie de unos 100 fascículos que editó Norma años a, sirvió al lector furioso para introducir en mi casa al célebre personaje de Will Eisner. 

Los matices de aquella serie, aquellos rótulos, los fondos y las historias, no las terminaba de pillar bien, pero recuerdo que me lo pasaba bomba con las aventuras de Spirit y sus compañeros. Además el dibujo me encantaba. Fue de las primeras veces que yo me gastaba mi dinero en algo que no fuese Dragon Ball (que bastante tenía comprándome la serie blanca), así llegábamos y nos comprábamos un montón de números del tirón. 


Aun así, si no recuerdo mal, nos quedaban muuuchos para completar la serie. Perdimos el interés cuando vimos que muchos de esos números no estaban hechos por Eisner.

Juez Dredd


Ooooh... Juez Dredd... No sé ni por donde empezar. Es una de mis colecciones más míticas de feria del libro... 

A ver cómo os lo explico. Mis hermanos habían comprado algunos números de MC Ediciones y yo, sin haberme leído mucho, pero habiendo visto publicidad en los números de Robo Hunter, me quedé un poco flipado con el diseño del personaje. Así, en una feria, vi un tomo recopilatorio (lo que antes llamábamos "reimpresiones" y ahora llaman "retapados") con los primeros 5 números de Juez Dredd de Ediciones Zinco; le pedí a mi padre que me lo pillase y, con mucho recelo (yo tendría unos 7-8 años aquel entonces) lo hizo.


Cual fue mi sorpresa al empezar a leerme el tomo y encontrarme con la historia del juez muerte y los jueces oscuros. Cerré el tomo y me arrepentí de lo que hice, era demasiado crudo y macabro para un pequeñajo como yo XD Curiosidades de la vida, ahora es mi historia favorita, dibujada por Brian Bolland y con una de mis escenas favoritas de todos los tiempos.

Los Pitufos


En concreto, quiero resaltar La Flauta de los Pitufos, pero en general me quedo con todo lo que hizo Peyo para estos personajes. Después de la espantada sufrida con Dredd, me dio por comprarme algo más propio de mi edad, así que tiré por los Pitufos, que teníamos unos pocos y me dispuse a completar lo que teníamos. Ignoro si aun me quedan historias hechas por Peyo, seguramente si, pero aquellos números los he disfrutado muchísimo. Incluso hoy día, de vez en cuando me releo alguno.

Secret Wars


Las Secret Wars de Marvel, las primeras, las de los 80. Menudo pepinazo de crossover. Poco voy a decir que no dijese ya en otra entrada que hice hace ya mucho. Recuerdo que me compré más cómics de superhéroes, pero no recuerdo tanto como la ilusión que me hizo completar esta miniserie de 12 números.

Las Aventuras de Spirou y Fantasio


Si antes mencioné los Pitufos, la etapa de Franquin al frente de Spirou era otra serie a tener en cuenta. No llegué a completar todos los números realizados por este autor, pero si que me hice con algunos títulos míticos como Hay un brujo en Champiñac, Herederos y, por supuesto el gran Z como Zorglub.

Y bueno, en principio lo voy a dejar por aquí. Quedan más cosas como por ejemplo las revistas Makoki, Cimoc o Comix Internacional por mencionar algunas pero eso prefiero hacer una entrada propia.

Ha sido bonito recordar esta etapa de mi vida que recuerdo con tanto cariño. Hoy día todos los veranos plantan en este pueblo una miniferia del libro de una caseta, pero es el mismo material de todos los años y apenas hay tebeos ni nada reseñable en general. Gracias a diferentes portales de internet es más fácil hacerse con cómics de saldo y descatalogados pero gran parte de la magia de encontrar algo por sorpresa después de rebuscar, se pierde. Desde aquí, dedico un gran "que os folle un pez", a los miserables que hicieron que la feria del libro no volviese a este pueblucho.

¡Nos leemos!