sábado, 28 de febrero de 2015

¡¡Sexto Sucioversario!! (con apariciones extelares)


6 añazos ya, se dice pronto. Se que ultimamente no me encargo tanto de escribir en el blog como antes, aunque ultimamente tengo una razón de peso, tengo curro nuevo y un horario que no me permite mucho tiempo para ponerme a escribir. Sin embargo, no he dejado esto abandonado, ya que el lector furioso se encarga de hacer reseñas (de hecho tengo 3 nuevas suyas pendientes de maquetar), lo que pasa es que no quiero que lo haga todo el, pero bueno.

Este pasado año, gracias por supuesto lector furioso, he conseguido una regularidad que hacía tiempo que no tenía, sin embargo, los posts de autores o de cómics más independientes veo que no gozan de una popularidad gigantesca, aun así eso nos trae un poco al pairo, ya que de primera hora dije que en este blog se hablaría de lo que fuese.

Por otro lado, es una lástima porque la gran mayoría de estos autores y cómics merecen ser descubiertos, haciendo referencia a la página amiga Comics que merecen, que tantos comics rarunos nos ha proporcionado y ello ha motivado que el lector furioso desate su furia haciendo reseñas en 5 minutos. 

Aunque el blog sucio va girando hacia una vertiente del cómic independiente, siempre tendrán cabida las reseñas más clásicas, sigo siendo fan del manga, de los comics super heróicos y de los videojuegos, así que esa ración no va a faltar. Aparte, el blog sigue teniendo su popularidad, pero no me voy a enrollar, voy a dejar que los seguidores hablen por mi:

"Este blog está muy chulo" (Clin Isvud)

"Quiero que vuelva la sección de los juegos que traumatizaron mi infancia" (Estif Makín)

"¡¡El blog es la hostiaaaaa!!" (Brus Li)

Ya veis, que contamos con seguidores de lujo. 

En fin, para no alargarme, esta noche, cuando salgáis de juerga, y aunque no lo hagáis, os animo a levantar vuestras copas y brindad por el sextoversario del blog sucio. 

Hidalgo, hidalgo, hijo puta quien deje algo

¡Y por muchos más!

¡Nos leemos!

martes, 17 de febrero de 2015

Quena y el Sacramús ¡¡Gracias Dolmen Editorial!!


Parece que fue ayer, pero hace ya casi tres años desde que Dolmen editorial decidió darnos una gran alegría a todos los fans del cómic, anunciando la publicación integral de Johan Y Pirluit, apostando por una serie en el recuerdo de muchos y que ninguna de las grandes editoriales se arriesgaba a reeditar.

El resultado fue un merecidísimo éxito a nivel de ventas, y una edición de gran calidad, con extras confeccionados para la ocasión incluyendo material muy poco difundido o directamente inédito y profusos textos que enriquecían la obra.


Alentados por el éxito de la propuesta, los de Dolmen decidieron dar otro salto mortal sin red, creando la línea Fuera Borda que estaría compuesto por otros tres grandes títulos del cómic juvenil francobelga: Las excelentes series “Los hombrecitos” , “Natacha” y la que personalmente considero la joya de la corona: “Quena y el sacramús”, de Gos.

Este primer tomo de “Quena y el sacramús” (que contiene los tres primeros álbumes de la serie a un precio imbatible, más un buen puñado de extras) es una delicia de principio a fin. Con un dibujo muy al estilo Peyo (no en vano su autor colaboró en varios álbumes de los pitufos, llegando a aparecer como coautor del excelente álbum “Los pitufos y el Ketekasko”), se nos narran las aventuras de un niño Peruano, Quena, de enigmático origen y que vive en un pueblecito francés adoptado por un arqueólogo que responde al curioso nombre de Jorge Guijarro. Ya en el primer volumen, “El heredero del Inca”, se sientan las bases de la serie: se presenta al personaje del Sacramús, un curioso extraterrestre parecido a un mono y aparecen las constantes que harán de ésta una de las publicaciones más longevas de las publicadas en la revista Spirou: ufología, misticismo, ocultismo, fantasía a raudales y aventuras sin tregua para todos los públicos (o como se decía en la cabecera de la revista: de 5 a 95 años).


Y a ello cabe añadir el factor nostálgico: cada cual tendrá sus recuerdos de esta serie. Para mí, sumergirme en sus páginas es rememorar  la Feria del Libro en los meses de verano,  lecturas bajo la sombrilla a pie de playa con un enigmático Tang de naranja y un hoy de culto frigurón. Y todo por descubrir: Ovnis, civilizaciones incas, las líneas de Nazca, mundos extraterrestres…

Una compra absolutamente imprescindible.


No contentos con eso, Dolmen también ha anunciado recientemente dos nuevos títulos para la línea Fuera Borda. De un lado, la clásica "Los Casacas Azules". De otro, la GRAN sorpresa: nada menos que una edición integral del mítico tebeo holandés "Bermudillo, el genio del hatillo", cuyos 6 o 7 primeros álbumes fueron publicados aquí por Bruguera. ¡Todavía estoy dando saltos de alegría! Programada su edición para septiembre de este  año, me veo en la obligación de decirlo otra vez ¡¡¡GRACIAS DOLMEN EDITORIAL!!!

By El Lector Furioso

domingo, 8 de febrero de 2015

Will Eisner y lo Sobrenatural: Los Archivos de Dr. Drew


Digámoslo ya: Will Eisner era un crack. Pero gran parte del éxito de su producción durante los 40 y los primeros 50 lo tenía el excelentísimo plantel de colaboradores que trabajaban en la sombra en su estudio. Tres de ellos (Jerry Grandenetti, Marilyn Marcer y Abe Kragson) sacaron músculo en el que, dejando aparte The Spirit, puede considerarse el mejor producto del estudio Eisner: Dr. Drew, las aventuras de un detective investigador de los sobrenatural. 


14 estupendas historias integran este excelente tomo, compilado por Michael T. Gilbert y recientemente publicado por Dark Horse. 14 historias que, en unas demasiado breves 150 páginas nos ofrecen prácticamente de todo: vampiros, hombres lobo, maldiciones, fantasmas, civilizaciones perdidas en el fondo del mar, vestidos asesinos. Además, un buen puñado de excelentes extras y un precio imbatible redondean este libro que, por primera vez desde su publicación, entre finales de los 40 y primeros de los 50, recopila íntegramente todas las apariciones del Dr. Drew. 


Con un maravilloso grafismo deudor de Will Eisner, la sombra del Maestro planea sobre todo el tomo, a excepción de las 4 últimas historias, haciendo de esta una compra imprescindible para fans de Will Eisner, adictos al horror pre-code, seguidores de la mítica serie Kolchal, the night stalker y de las novelas de Sherlock Holmes, e incluso fans de las revistas Warren, puesto que Jerry Grandenetti continuó imparable su evolución hasta convertirse en los 60 en el que tal vez sea el más inclasificable de los dibujantes de la primera etapa de Creepy y Eerie, como podrán constatar los compradores de los Archivos de ambas colecciones terroríficas. 

CON REGALOS COMO ÉSTE, DA GUSTO CUMPLIR CUARENTA TACOS. 

By El Lector Furioso

miércoles, 4 de febrero de 2015

Grandes Autores del Cómic Indepediente: Rick Veitch


Desde luego una cosa no se le puede negar a Alan Moore: siempre ha tenido un buen ojo para sacar a la luz talentos que, de otra manera, habrían permanecido confinados en los márgenes del underground más minoritario. Sucedio con la excelente Melinda Gebbie, que ya tenía una carrera dilitada hasta que se encargó del dibujo de The lost girls, atrayendo la atención internacional, y antes que ella con personalidades hoy tan justamente relevantes como David Lloyd, Dave Gibbons y Eddie Campbell, autor éste último de dos de las mejores series alternativas de las últimas décadas: Baco y Alec, ambas editadas (o en proceso) por Astiberri en estupendas y muy recomendables ediciones.


Pero todo tiene un comienzo, y ese podría ser perfectamente la andadura de Moore en la serie “La cosa del pantano”, sin duda su Obra maestra (al menos hasta el número 50. Lo que vino después era, ejem, discutible). Gracias a estos cómics, que reverdecieron un personaje que llevaba languideciendo en pantanosa mediocridad desde que Len Wein y Berni Wrightson se desentendiesen de su criatura allá por los 70, los fans españoles pudimos conocer y disfrutar del trabajo de tres grandes autores: John Totleben, cuya carrera en solitario nunca acabo de despegar, pese a excelentes trabajos en Miracleman y al libro de ilustraciones Fetal Brain Tango; el ya conocido por los visitantes del Blog Sucio, Stephen Bissette, creador entre otras muchas Obras maestras de la antología Taboo y de la excepcional serie inconclusa Tyrant, y el caballero que nos ocupa hoy, el simpar Rick Veitch.


Hablar de Veitch es hablar de un talento iconoclasta y feroz que no admite parangón, de un Artista con mayúsculas de desbordante imaginación, de un guionista imaginativo, original y retorcido, de un dibujante genial y personalísimo y de un colorista mágico.


La carrera de Rick Veitch, comenzó de la mano de Stephen Bissette y la Joe Kubert School, desparramándose a través de un puñado de feroces historias cortas para las más variopintas publicaciones, hasta que a finales de los 70 se les encomendó la marciana tarea de adaptar al cómic nada menos que la película de Steven Spielberg 1941.


Por supuesto, ambos estuvieron a la altura, y el resultado fue un trabajo personalísimo, brillante, sórdido, feista, ofensivo, tan enloquecido que provocó la airada protesta del mismísimo Spielberg (que, al menos,  admitió que sus autores tenían talento aunque demente) y el rechazo del público, frustrando las expectativas que su editor, Heavy Metal, tenía en conseguir un nuevo éxito de crítica y público equiparable al obtenido por la hoy clásica adaptación de Alien, el octavo pasajero, realizada un año antes por Archie Goodwin y Walter Simonson.


A continuación, el talento sin freno de Veitch se desparrama en un puñado de historias cortas para la revista Epic, donde se destapa como un colorista excepcional, con un uso mágico del aerógrafo, equiparable al del mismísimo Richard Corben, lo que le valió encargarse de los colores de otra adaptación al cómic: la llevada a cabo por Al Williamson de la película Flash Gordon. De esa época datan también dos de sus mejores trabajos: la serie en 8 partes Abraxas and the earthman y la novela gráfica Heartburn. Pura psicodelia.


Estos trabajos, inéditos en España, pueden adquirise en tres maravillosos volúmenes  imprescindibles titulados Shiny Beasts, Abraxas and the earthman y Heartburn and other stories.

No quedó ahí la cosa: paralelamente a su extraordinario trabajo en la comentada La cosa del pantano (donde se ocupó nada menos que de la creación gráfica del pesadillesco Invunche), comenzó a poner los cimientos de su trilogía superheroica de gran acidez (en el sentido de humor ácido, pero también de lisergia) y que debería ser bien conocida por los lectores españoles. Me refiero a su trilogía formada por The one, The Maximortal y The Brat Pack, editadas aquí por Norma editorial y aún fácilmente conseguibles, aunque sean de segunda mano.


Tras la marcha de Moore de La cosa del pantano, Veitch tomó las riendas de la serie, terminando con una polémica de órdago cuando DC se negó a publicar un capítulo en el que Swampy se transmutaba en lago así como la cruz donde estaba clavado Jesucristo, lo que provocó su marcha… para bien.


Ya que ello le permitió iniciar la que tal vez sea su obra más personal: una especie de mapa onírico de sí  mismo y su relación con los demás titulada Roarin´Rick Rarebit Fiends. Una gloriosa serie de 21 números que es de lo mejorcito editado por el cómic USA de los 90. 20 números de la serie fueron recopilados en 3 tomos (Rabid eye, Pocket Universe y  Crypto Zoo), dejándose colgado el nº 21 ya que iba a suponer el principio de una saga o un cambio de rumbo que no llegó a cuajar. Tristemente, todo esto permanece inédito en España.


Tras reencontrarse en los 90 con Alan Moore y sus Tomorrow Stories, realizar con Bryan Talbot la miniserie  Teknophage, y escribir para Image la miniserie Cy-Gor entre otros trabajos, Veitch volvió a DC para crear otra de sus Obras Maestras: la novela gráfica de 400 páginas Can get no. Una personalísima parábola sobre el 11-S con dos niveles de lectura: uno para las imágenes, que desarrollan una historia muda emparentada con Timothy Leary, Phiilip K Dick, Ray Bradbury y Wiilliam Burroughs y otro para los (en ocasiones) impenetrables textos. Un rotundo ejemplo de afirmación artística, que nunca ha visto la luz en nuestro país.


Además se ha encargado de la serie satírica para Vertigo Army@love y de proyectos tan curiosos como una personal y extraña versión del clásico personaje The question, o la aclamada historia de Las Tortugas Ninja “The river”


Desde luego, y tras tantos años una cosa está clara: al inconformismo de Rick Veitch todavía le queda cuerda para rato. Y mientras esperamos su próxima Obra Maestra podemos acudir a comprar las ediciones americanas de sus mejores creaciones, ya sea a través de Amazon, Atomic Avenue, mycomicshop o  comics que merecen.

Merece la pena. Palabra del lector furioso.

Sigan atentos a este, el blog de referencia del auténtico cómic independiente