viernes, 30 de enero de 2015

Puño de Hierro Integral: Como un Buey

Uno de los regalos más apreciados de entre los muchos que recibí la pasada Navidad,  y tal vez el más sorprendente por inesperado, ha sido el  tomo integral de Puño de Hierro, editado por Panini hace unos pocos meses.


¿Qué puedo decir que no se haya dicho ya antes y mejor? La lectura es absolutamente imprescindible, las tramas son demenciales, parecen escritas por un emocionado cuya dieta cinematográfica se redujera a  enloquecidas películas de Kung Fu. Poner a Puño de Hierro a luchar con un ejército de 1.000 hombres a tortazo limpio es maravilloso. ¡Pero la aparición sorpresa  y absurda de un Ninja en su ayuda hizo que casi se me saltaran las lágrimas de la emoción! ¡Que bien entendían sus guionistas la mecánica demente que animaba las mejores pelis de kárate: Hacer del exceso una virtud!


Y encima salen muy pocos superhéroes, dibujan Gil Kane y John Byrne, los guiones de Chris Claremont son de lo mejorcito del Marvel setentero y tiene cerca de 700 páginas, con color restaurado (pero no cambiado), en gloriosa tapa dura.


Por establecer una analogía culinaria, si los cómics independientes con los que tanto disfruto serían jugosos entrecots, perturbadoras y tiernas chuletas ibéricas, apetitosos lomos de salmón a la parrilla… Puño de Hierro sería una contundente hamburguesa. Pero no una de esas de plástico de franquicias idénticas. No. ¡¡¡¡Una puta hamburguesa de buey de Heresford!!!!


A CONSUMIR Y DISFRUTAR CON CADA BOCADO, PERDÓN, CON CADA PÁGINA

Una reseña escrita por el Lector Furioso  a las 14:00 de la tarde.

martes, 27 de enero de 2015

Daredevil de Ann Nocenti


Las navidades se acabaron hace semanas y yo aun sigo leyendo regalos que me han hecho estas pasadas fiestas, que han sido varios y variados.

Una de las lecturas que tengo por aquí son los tochazos de Daredevil guionizados por Ann Nocenti (guionista de la célebre miniserie de Longshot), cuya recopilación comenzó Panini hace tiempo en su coleccionable Marvel Héroes con dos tomos y posteriormente concluyó con otros dos tochazos de casi 500 páginas aproximadamente.


Al fin ya puedo decir que tengo una de las etapas míticas del superhéroe de los barrios bajos de Nueva York. Hacía mucho tiempo que quería leerme esta etapa completa porque cuando era pequeño solo teníamos en casa algunos números sueltos que compraban El Lector Furioso o mi otro hermano.


Hasta ahora solo llevo leído el tomo "Zona Cero", aunque los tomos de "María Tifoidea" y "El Diablo en el Infierno" los he leído ya cuando me los compré en su momento (aunque me los estoy releyendo por orden, claro), o sea que realmente solo me falta por leer "El Ocaso de los Dioses". Por lo que, ya, mas o menos me hago una idea del tono general de la serie.


Se puede decir, que Nocenti cogió con mucha dignidad el testigo dejado por Frank Miller después de Born Again y empieza muy fuerte contando con, ni más ni menos que el grandísimo Barry Smith. Sin embargo, la sombra dejada por Miller en Daredevil es algo difícil de superar para mi gusto, no en vano hablamos de una de mis etapas favoritas no solo del cómic de Superhéroes, sino del cómic en general.


Esto no quiere decir que no me guste, por supuesto, como os he dicho antes, Nocenti hace un gran trabajo con esta serie cuando no era nada fácil convencer a los lectores, además, acompañada de grandes artistas como Louis Williams y, sobre todo, John Romita Jr, quien se encarga del grueso de esta etapa haciendo un magnífico trabajo en su línea. Aun así, hay algunas historias algo más flojas, eso claro, hasta que finalmente encuentra su rumbo y entonces empieza a fluir de nuevo.


En esta etapa, nos encontramos a un Matt Murdock inhabilitado de la abogacía, viviendo de nuevo con Karen Page y tratando de rehacer su vida, en principio, lejos de los despachos tras los hechos acontecidos en Born Again: Mientras que Karen, le empieza a coger aversión a Daredevil por su trauma con la violencia y decide abrir junto con Matt una asesoría para poder ayudar a los más desfavorecidos, claro que las cosas no pueden salir como se espera y menos si está Kingpin merodeando.


Resumiendo, una etapa muy buena del hombre sin miedo, de esas que tenía que leer y tener algún día y más si la tengo en una edición que no está nada mal como la que ha hecho Panini. A ver si terminan reeditando la parte de Miller también en tochazos que me gustaría tenerla reunida cronológicamente (y la anterior de Panini ya está descatalogada), que aprovechen que este es un año grande para Daredevil con el estreno de su serie en Abril.


Yo mientras tanto seguiré disfrutando un poco más con este clásico de los 80.

¡Hala! ¡A seguir leyendo! :D

¡Nos leemos!

martes, 20 de enero de 2015

Los Archivos de Vampirella: Nadie es profeta en su tierra



El anuncio de la edición por Planeta de las aventuras de Vampirella generó no poca alegría entre los aficionados que seguimos religiosamente las colecciones de Archivos Creepy y Archivos Eerie, a las que se unía el tomo integral de los Archivos de la revista Blazing Combat editados por Norma. ¡Por fin íbamos a poder disfrutar de una edición completa y cuidada de las míticas publicaciones Warren en idioma español!

O no.

Portada de la edición de Norma

Y es que como un jarro de agua fría sentó la posterior aclaración que hizo Planeta. Lo que se iba a publicar no era una edición española de la colección Vampirella Archives de Dynamite Entertaiment, sino, glups, una colección integral ÚNICAMENTE de las historietas de Vampi dibujadas por Pepe González. Es decir: exactamente lo mismo que publicó Norma en su colección Made In Hell  y que solo llegaron a salir 3 tomos.

Una auténtica lástima. Una maravillosa oportunidad perdida.


A ver si me explico: las aventuras de Vampirella de Pepe González son excelentes, sí. Pero sólo son la punta del iceberg de lo que fue la revista Vampirella en sus mejores años: ni más ni menos que lo mejor de lo mejor del tebeo español  de los años 70, aunque producido para el extranjero.


Si bien es cierto que la llamada “invasión española” afectó a todas las revistas Warren de terror, no es menos cierto que los mejores y más sobresalientes frutos fueron aquellos que se publicaron en las páginas de Vampi: Jose María Bea, Auraleón,  José Ortiz, Luis Bermejo, Fernando Fernández, Pepe González, Esteban Maroto, Luis García ofrecieron trabajos de calidad sobrenatural, ya en blanco y negro, ya en espectacular color (y hay que ver los dibujos de Fernando Fernández coloreados por Richard Corben para entender de qué hablo). Y las portadas de Enrich y Sanjulián no desmerecían en absoluto a las realizadas años antes por el gran Frazetta.

A ello por supuesto se añaden espectaculares historias por los habituales de la casa, entre los que es obligatorio destacar a Richard Corben que, aunque sólo publicó unas tres historias, se cuentan entre lo mejor de su carrera.


Todo este material ha sido pobremente editado en nuestro país y hace más de 3 décadas. La edición en español de los Archivos de Vampirella hubiera sido no ya una magnífica oportunidad  de tener en español las 3 colecciones de referencia del género de terror en los 70, sino un acto de justicia histórica para con unos grandísimos autores españoles que dieron lo mejor de sí mismos, cuyo trabajo estaba a la altura de los más reputados autores norteamericanos ( y pienso en Wrightson, Corben, Toth…), y que a cambio sólo han cosechado en nuestro país un triste olvido.


Siempre nos queda la oportunidad de pasar de la edición incompleta de Planeta y disfrutar de estas maravillosas historias en inglés, ya que la edición de Dynamite es fácil de encontrar y no está mal de precio para el montón de páginas que tiene (casi 400 por volumen). Pero verse obligado a leer en inglés alguna de las mejores historietas españolas de las últimas décadas es, bueno…

¿Entienden ahora aquello de que nadie es profeta en su tierra?

By El Lector Furioso

martes, 13 de enero de 2015

Descubriendo Obras Maestras: The Puma Blues

Una cosa es inegable: Los 80 fue una GRAN década para el cómic en general y el norteamericano en particular. En los Estados Unidos florecieron las llamadas editoriales independientes, ofreciendo una alternativa sólida y de calidad a los tebeos de superhéroes que constituían el grueso de la producción tebeística norteamericana.


Fueron los años de Batman el señor de la noche y de Watchmen, sí. Pero también los de American Flagg, Cerebus, Love and Rockets y un larguísimo etcétera que tristemente, parece condenado a quedar para siempre inédito en nuestro país, ya que, pese al esfuerzo de algunas editoriales, el público español parece ser reacio a propuestas que se salgan de cánones rancios y preestablecidos. Y a los fracasos de Nexus, Cerebus, Elfquest, Jon Sable Freelance, Grimjack, Mage entre otras me remito.


Lo cual es una lástima, ya que obras de gran calidad parecen condenadas a no encontrar jamás la oportunidad de ser publicadas en nuestro país. Obras Maestras como Mr. Monster, la antología Taboo (ya comentadas), la arrebatadora serie de novelas gráficas Time2, Tyrant, el grueso de la obra de Rick Veitch y la que hoy nos ocupa, la extraordinaria, prestigiosa y desconocida The Puma Blues, publicada por el polémico y genial Dave Sim a través de su sello Aardvark One International, conseguida con bastante esfuerzo, gracias a la página amiga cómics que merecen.


The Puma Blues fue ya en su día, una rara (rarísima) avis en el mercado yanqui. Y es que lo osado de la propuesta no conocía parangón, al menos en el mundo de las viñetas. En un principio se nos mostraba un familiar panorama futurista deprimente (situado en el año 2000), en el que un atentado terrorista de extrema derecha había hecho desaparecer El Bronx con la detonación de un artefacto nuclear. El protagonista de la serie, Gavia Immer, es un soldado con un pasado difuso, pero que se adivina violento y conflictivo. Su misión consiste en vigilar el ecosistema de una Reserva Federal y teletransportar a un laboratorio que se supone está en China ejemplares de una extrañísima mutación de la manta raya, que tiene la capacidad de volar. Ni el pasado de Gavia, ni el origen de las manta raya voladoras, ni la naturaleza de su misión reciben explicación alguna. Antes al contrario: conforme avanza la serie se va haciendo más y más abstracta llegando en los últimos números a parecer una inédita fusión entre poesía e imágenes de fuerte contenido ecologista


Los escasos personajes que aparecen aparte del protagonista parecen tener una función más anecdótica que otra cosa: su superior aparece en unas breves viñetas, acompañado de una enigmática china por la que Gavia parece sentir una especial fascinación; un profesor de Universidad, activista ecologista, lo traicionará… solo para contemplar y fotografiar el vuelo de las mantas raya; un robot que pide a su ama la libertad, y se va a vivir en comunión con la naturaleza y es visto por última vez andando por el fondo de un lago; y sobre todos ellos el fallecido padre de Gavia, una presencia espectral que sólo aparece en imágenes borrosas de video, obsesionado con el Apocalipsis y las intervenciones alienígenas en nuestro planeta.


Como  hemos indicado la serie se va haciendo más y más impenetrable, sin que encontremos nada parecido a trama o que se le asemeje. Por poner un parangón, diremos que The Puma Blues comienza como una película de Terence Malick, para convertirse en algo similar en intenciones al film experimental Koyaanisqatsi , para enfilar en su recta final en algo así como una versión de Easy Rider guionizada por William Burroughs y Allen Ginsgberg (al que, por cierto, se homenajea expresamente). O si se prefiere: del disco Zombie Birdhouse de Iggy Pop al Gone to earth de David Sylvian y Robert Fripp. Todo ello dentro de un relato de paranoia muy próximo a Philip K Dick.


Una Obra Maestra, tristemente inconclusa ya que solo llegaron en su momento a publicarse 23 números de los 26 originalmente previstos. A ello contribuyeron tres factores: problemas de distribución (monumental la bronca que hubo en su época con la distribuidora Diamond Comics), de ventas (que eran bajísimas), y finalmente el inesperado abandono de la serie por parte de su guionista que, tal y como ha declarado había cambiado de tal modo que le resultaba imposible seguir escribiendo la serie.


Tras echar el cierre, sus debutantes autores (algo que cuesta creer vista la enorme calidad de Puma Blues), pudieron al fin saborear las miles del éxito:  el guionista Stephen Murphy se convirtió en uno de los guionistas más prolíficos de las temibles Tortugas Ninja, sin dejar de lado su faceta más comprometida (la desconocida miniserie Umbra). Por su parte el dibujante, un genial Michael Zulli, cruzó su camino con un tal Neil Gaiman y el resto es Historia: arcos argumentales de Sandman, la miniserie La última tentación de Alice Cooper, y otros trabajos que le dieron merecidísima fama. Y Puma Blues desapareció en el triste olvido…

...O no...
¡Hasta septiembre de 2015! Y es que, en la que puede calificarse una de las noticias del año, Dover Publications va a recopilar no solo los 23 números editados, y un minicomic de escasísima difusión sino que, TACHÁN,  ha logrado reunir a sus autores  que están trabajando en darle el esperadísimo final a una serie iconoclasta, difícil e imprescindible. Como he dicho ya, y diré las veces que haga falta UNA AUTÉNTICA OBRA MAESTRA.

EL LECTOR FURIOSO (PERO FELIZ TRAS LEER PUMA BLUES)

domingo, 11 de enero de 2015

Mazinger a la americana

Hola a todos, es la primera entrada del año y quería haberlo hecha antes, pero bueno. Espero que os hayan regalado muchas cosas, por mi parte, no me puedo quejar en absoluto, ya que me han traído un montón de lectura (que no se como leches me voy a administrar XD). Una de las cosas que me han regalado ha sido la novela gráfica de Mazinger editado por la editorial First.


Es curioso, porque desconocía completamente la existencia de este cómic. Resulta que en 1988 Go Nagai realizó un cómic expresamente para el mercado americano protagonizado por el robot de acero, aunque con una estética y un formato diferente al que tenía originalmente. Lo editó la ya inexistente editorial americana First Publishings, que se encargaba de la edición de obras como Nexus, American Flagg o Elric entre otras. El formato era un tomo cuadrado (al estilo de la obra Time 2 de Howard Chaykin), y 64 páginas a todo color que incluyen la historia completa.


La acción se centra en el futuro, en el año 220X, después de más de 100 años de guerra, la población ha sido diezmada, casi el 90% de la humanidad ha perecido y el resto siguen luchando entre ellos. La tierra está tan destrozada que la única manera de luchar es a bordo de super robots. En especial, destaca uno de los pilotos, el comandante Kabuto y su super "montura" Mazinger


En mitad de una batalla, se abre una brecha en el espacio tiempo y Koji (bueno, suponemos que se llamará Koji, porque solo le llaman Kabuto) y su Mazinger llegan hasta otra dimensión poblada por gigantes. Allí salva a Krishna, una princesa, de las garras de unos hombres lagarto (los Zard) que trataban de asesinarla. Esta le explica a Kabuto que están en guerra con estos reptiles y que necesitan su ayuda para derrotarlos, así que Mazinger accede a liderar el ataque para acabar con los Zard de una vez por todas.

Momento "mindfuck" del cómic.

Como podéis ver, la trama se aleja una barbaridad de la historia original de Mazinger, sin embargo es muy curiosa. Destaca, para mi gusto, el dibujo, ya que no es el típico dibujo manga. Como decía El Lector Furioso, parece una historia sacada de la revista Heavy Metal tanto por el dibujo como el color. El diseño de Mazinger se acerca mucho al que pudimos ver en el juego de Mazin Wars (conocido en oriente como Mazin Saga).


Más de una vez me había preguntado de dónde había aparecido este diseño tan parecido a Mazinkaiser y ahora veo, que el germen para crear a ese super robot, salió de este cómic.


En resumen, un pedazo de regalo por parte de El Lector Furioso y un cómic la mar de entretenido. Lo peor, para mi gusto, es lo corto que es y la falta de un guión con un poco más de coherencia, ya que esta mezcla de "Los Viajes de Gulliver" y robots gigantes, no es que sea la mejor historia, pero se le perdona porque me ha gustado mucho en general.

¡Nos leemos!