¡Que palo! Estaba yo preparando unas fabulosas patatas
fritas para acompañar la deliciosa carne de Nochevieja que ha traído mi suegra
esta semana cuando me entero que el gran
Christopher Lee ha muerto de insuficiencia respiratoria.
Joder! Y yo que me creía que el tío era inmortal y que solo
sucumbiría a estacazos, convenientemente decapitado con la boca llena de ajos,
o empalado en una cruz y va y uno de los más grandes actores de la historia del
Cine, y un icono del terror se nos va en la cama de un Hospital… Aunque eso de
que se ha ido es relativo. Lee alcanzó la inmortalidad hace mucho. El hombre se
ha ido, pero el Mito permanecerá eternamente.
Recuerdo la primera vez que le ví. Fue en casa de mi tío
Paco, y yo tendría 7 u 8 años. Echaban en la tele “El poder de la sangre de
Drácula” o “Las cicatrices de Drácula”, no lo recuerdo. Lo imborrable es la
impresión de ver despertar al Conde transilvano con los ojos encendidos,
colorados como dos pimientos morrones. Coñiiiioooo!!! Y anda que mi padre, que
fue a ver el primer Drácula cuando se estrenó por aquí en cines y se tiró una
semana sin dormir, acordándose de la madre que parió a esa neumática vampiresa
que se llevaba a una niña en la oscuridad de la noche con diabólica intención….
Pero Lee fue mucho más que Drácula, mucho más. Paseó su
imponente porte por cientos de películas, hasta el punto de entrar en el Record
Guiness como el actor más prolífico de todos los tiempos. Ha hecho de todo:
malo de James Bond en “El hombre de la pistola de oro”, extraterrestre casposo
en “Starship Invasions”, barítono majarón que sucumbe en una orgía con varias
putas en “El ladrón de arco irís” de Alejandro Jodorowsky, doblador en
películas de dibujos tan estimulantes como “El último unicornio” o “La novia cadáver”, visir diabólico en
“Alfombras mágicas”. También pelis de kárate como “Círculo de hierro”,
adaptaciones de Sherlock Holmes como “El collar de la muerte” o la clásica “El
perro de Baskerville”, o Agatha Christie en “10 negritos”. Colaboró con Walt
Disney (“Los pequeños extraterrestres”) y también con Steven Spileberg (“1941”),
Peter Jackson, Tim Burton y George Lucas (no hace falta decir en qué cintas).
Ha sido personaje de tebeo dibujado nada menos que por Stephen Bissette y Rick
Veitch… ¡¡¡¡¡Y ha tenido los Santos Cojones de plantarle cara al mismísimo
Chuck Norris en “Golpe por golpe”!!!!!!
También ha podido cantar con su orgullosa voz de barítono aquello de “Yo soy español, español, español…”
ya que hecho un buen porrón de películas en nuestro país: con el bueno de Don
Jesús Franco, sí, y también en cintas tan apreciables como “Pánico en el
Transiberiano” o la demencial “El
felino”.
Y sobre todo terror, mucho, mucho terror: La momia,
Frankenstein, Fu Manchú, Rasputín… ¡Hasta ha aparecido en “Loca academia de
policía 6: Misión en Moscú” sin perder su aristocrático porte, lo que no es
pequeña tarea!
Pero lo mejor de lo mejor de su producción son dos extrañas
cintas, poco comentadas, pero absolutamente imprescindibles: “La frustra e il
corpo”, del Maestro Mario Bava, una fascinante cinta de horror policromado, con
una historia de pasión sadomasoquista de ultratumba y que es uno de los mejores
títulos del gótico italiano y una de los más grandes logros de su llorado
director. Y su favorita (y mía) “El hombre de mimbre”, superclásica cinta de
culto de los años 70, dirigida por Robin Hardy que hubiera hecho llorar de
felicidad al mismísimo Arthur Machen.
Todavía recuerdo como si fuera ayer la carátula de “El
hombre de mimbre” en el videoclub, una fotografía, spoiler como una catedral,
de la edición en beta de Thorn Emi… Qué lejos estaba yo de saber que esa
película, que desprendía un aura de extrañeza como pocas, y que compartía
estante con “Zombi Holocausto” y “La quema” era una de las más grandes Obras
Maestras de los años 70, una cinta de horror raruno que hundía sus raíces en el
paganismo y la pervivencia de ritos precatólicos, en la que Lee aparecía como
el Rey de Summerisle, la isla del verano eterno, famosa por su cosecha de
manzanas y otras cosas que es mejor no contar. Ver a Lee desfilando travestido
sin perder la compostura, dirigiendo al pueblo y al “tonto” hacia el
espeluznante “Hombre de Mimbre” es algo que no se olvida…. Si no la has visto, ¡¡¡¡¡CORRE
A DESCUBRIRLA!!!!!
Descansa en paz, Christopher Lee. Fuiste grande en vida y lo
serás también en la muerte. Seguro que al llegar al cielo te estará esperando
Peter Cushing, felizmente reunido con su mujer para darte un abrazo. Y Bela
Lugosi, y Boris Karloff, y Vincent Price, y Lon Chaney, y nuestro Paul Naschy…
¡¡¡¡Menuda monster mash vais a montar!!!!
EL LECTOR FURIOSO
11/6/2015
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