De entre toda la rumorología referida al fenómeno OVNI, poca
provoca tanto escalofrío como la relativa a las abducciones alienígenas.
Relatos pavorosos de personas raptadas por seres monstruosos procedentes del
espacio exterior, sometidos como ganado a las más espantosas pruebas médicas o
de mujeres violadas por alienígenas de terrorífica fisonomía, y posteriormente
vueltas a raptar para extraerles el feto antes del parto pueblan nuestras
pesadillas desde la noche de los tiempos.
A pesar de que hay miles de ejemplos en la literatura, el
cine no se ha prodigado demasiado en esta temática, prefiriéndose indagar en
soporíferas invasiones del espacio exterior o en beatíficos contactos
extraterrestres marca Bambi. También hay excepciones, como el inverosímil falso
documental Alien Abduction, que se adelantó a El proyecto de la bruja de Blair
o el muy irrgeular pero apreciable largometraje La cuarta fase.
Y si escasa es la cosecha en celuloide, prácticamente
inexistente lo es en viñetas. Por ello es exigible destacar este The allagash
incident, publicado por Tundra a mediados de los 90 y hoy convertido en un
título de culto, como lo demuestra los precios a los que se cotiza en la
actualidad.
The allagash incident, narra en escasas 30 páginas un
tenebroso hecho real: la abducción de un grupo de amigos que se encontraban de
acampada. La narración es concisa y directa, comenzando con una sesión de
hipnosis a uno de los abducidos, para narrar en flashback la terrorífica y
traumática experiencia de manera fría y aséptica, casi documental, alternando
un grafismo casi amateur, con gráficos hechos por ordenador. Todo ello en
un tétrico blanco y negro.
Inicialmente destinada a las páginas de la maravillosa
antología Taboo, el cierre de la publicación casi provocó que la historia
quedase para siempre aparcada en un cajón. Gracias a la insistencia de Stephen
Bissette, la obra pudo ver la luz, aunque sólo se imprimieron unos pocos
ejemplares, lo que unido al colapso de la editorial y la inexistencia de
reediciones han provocado que este tebeo único y perturbado haya caído en un
inmerecido olvido a pesar de que es un título de culto demasiado minoritario.
Por cierto: los autores del tebeo son los mismos que
sufrieron la terrible experiencia.
BRRRRRRRRR. Espero que no tengáis pesadillas.
Si queréis leer el tebeo, o bien os encomendáis a la Virgen
de Lourdes, o acudís a páginas como comics que merecen.
Más fácil os resultará ver este este documental que he encontrado en Youtube.
No olvidéis cerrar la ventana de la terraza esta noche. Es
un consejo de El Lector Furioso (y en estos momentos, algo acojonado)
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