Aunque de manera muy pobre, al
menos los aficionados españoles sí hemos podido tener acceso, aunque solo sea
de refilón, al vasto mundo del cómic underground norteamericano. Nombres
míticos como los de Richard Corben, Robert Crumb, Gilbert Shelton o Justin
Green, presentes en las estanterías de las tiendas de cómics españolas nos
dan una (ligerísima) idea de qué se cocía bajo el tórrido sol del verano del
amor en las calles de San Francisco. Aunque, forzoso es decirlo, las ausencias
son tan clamorosas como las presencias (El hecho de que un autor de la talla de
Vaughn Bodé siga inédito por aquí
clama al cielo).
Pero, insisto, al menos hay una cierta representación de ese terremoto que sacudió los cimientos del tebeo americano y que se etiquetó bajo la denominación de “Comix Underground”.
Por ello, es aún más sangrante,
la practica total ausencia de las tiendas de comics de lo que se vino a llamar
“Fummetti Underground”, mucho más que
la respuesta italiana a aquellos Crumb y
Compañía. Y no me refiero solo a las librerías especializadas españolas, sino
también a las del resto de Europa, muy especialmente las italianas. Hasta hace
menos de una década, era misión imposible intentar rastrear obras de autores
claves del Noveno Arte como Stefano
Tamburini, Andrea Pazienza, Magnus y un larguísimo y
escalofriantemente ignoto etcétera.
Y digo “escalofriamente ignoto” porque produce repelús ver la falta de
atención a una parte tan fundamental de nuestra cultura como es el tebeo, el
fumetti o como quiera llamársele, en una Europa que enarbola orgullosamente la
Cultura por bandera. Falta de atención que ha hecho que una parte
imprescindible de nuestra Historia (sí, con mayúsculas y subrayado)
quedara prácticamente perdida, como algo remotísimo, condenada a acumular polvo
en librerías de segunda mano, con nombres entonces fundamentales y
entusiastamente mencionados que parecen hoy condenados a caer en el olvido.
El “Fumetti Underground” fue para el tebeo europeo, lo que el punk a la
música. Un feroz trallazo de ruido, furia, inconformismo y malas maneras, con
el sano ánimo de tocar los cojones del personal. Una serie de historietas que
recogían el testigo de aquella rebeldía norteamericana, pero creando algo
totalmente diferente, propio, NUESTRO.
A las historias de sexo,
violencia, drogas y hippies, a los sones de Jimy Hendrix, Janis Joplin
o The Doors, se les respondió, con
la delicadeza de un eructo, con lucha de clases, antifascismo y
anticapitalismo, movimientos estudiantiles, asaltos al castillo entonces
inexpugnable de la burguesía (hoy día, todos burgueses, o mejor: todos pobres),
las soflamas incendiarias y lúcidas del eterno Pier Paolo Pasolini, el
siempre irracional y cobarde terrorismo. Y rock. Mucho rock. Los Ramones, los Sex
Pistols, The Clash… Sí… Pero
también Frank Zappa, The Residents, Brian Eno, Robert Wyatt,
Joy Division y más. Mucho más.
Y la HEROÍNA, claro.
Y es que no estaban las cosas
para viajes interiores, para aperturas del Tercer Ojo, para el LSD. Eso quedaba
para una época más inconsciente, feliz y, qué duda cabe, ingenua. En los años 70 no había futuro, la Revolución
del amor se había hecho añicos contra un amargo desencanto y un cinismo
rampante. Algunos vieron en la heroína un escape a todo, sin saber que se
estaban arrojando ellos mismos a la más asquerosa de las prisiones.
Todo ello hizo del comic
underground italiano un reflejo fiel de lo que hervía en la Europa de aquellos
años. Pero no sólo fue destacable este movimiento por razones sociológicas.
Sino también por causas Artísticas e imaginativas de primer orden. ¿Quién no ha vibrado leyendo “RanXerox en Nueva York”? ¿Quién no ha
sentido un estremecimiento de placer al pasar las páginas de la reciente
edición española de “Zanardi”?
¿Quién no se ha quedado con la boca abierta contemplando los dibujos de Liberatore? ¿Quién no se ha
escandalizado con “Necrón”? ¿Y qué
me dicen del hoy afamado Mattoti,
con el que la editorial La Cúpula deslumbró a propios y extraños con aquella
obra alienígena titulada “Fuegos”? Y más, muchos más.
Hace una década, Coniglio Editore recuperaba el estupefaciente “Snake Agent” de Stefano Tamburini y el primer recopilatorio dedicado al inolvidable
autor de RanXerox, titulado “Banana Mecánica”. Fandango
Libri acometió la quijotesca empresa de recuperar en Italia la hasta
entonces dispersa e inabarcable obra de un grande como Andrea Pazienza en una serie de tomos tan lujosos como asequibles
económicamente. Y hoy tenemos un editorial pequeña como Muscles Edizioni Underground recuperando el Stefano Tamburini más subterráneo y los más olvidados pero
sensacionales autores underground en recopilatorios imprescindibles a perseguir
en ebay. Imprescindible, claro, alabar la figura de Michele Mordente, uno de los principales artífices de esta
necesaria labor de recuperación.
Y aquí en España, el año pasado
ya nos hicimos eco de la noticia comiquera del 2015: la editorial Fulgencio Pimentel presentaba en
sociedad al grandísimo Andrea Pazienza
y su canallesco Zanardi. ¿Tendrá
continuación el rescate en nuestro país de la obra de este fundamental artista?
Puede que los tiempos estén
cambiando. Por si acaso, háganse con un diccionario de italiano. Y prepárense a
descubrir un mundo subterráneo y absolutamente fascinante. Palabra del Lettore
Infuriato.
UNDERGROUND ITALIANO. OBRA SELECCIONADA
1.-EN ESPAÑOL
RanXerox integral , de Stefano
Tamburini y Tanino Liberatore
(Ediciones La Cupula). El mayor éxito del underground italiano, y uno de los
tebeos claves de la historia del 9º Arte.
Zanardi, de Andrea Pazienza
(Ed. Fulgencio Pimentel). Hablar de Pazienza
es hablar de un Dios desconocido.
Descubrir su obra es descubrir las más brillantes páginas jamás
realizadas por artista alguno.
Necrón, de Magnus
(Ediciones La Cupula). Uno de los tebeos más guarros, asquerosos y divertidos
que os podeis echar a la cara. Exijamos una reedición. Y su distribución en
colegios!!! Bueno, mejor olvidamos esto último :)
Fuegos, de Mattoti (Ediciones
La Cúpula). Lo siento. No tengo palabras para describir esto. Descúbrelo por ti mismo. Tal vez descubras que no todo
está inventado.
El Víbora Especial Italia (Ediciones La Cúpula). Ideal para
principiantes. Pero, cuidado, tras su lectura quedarás irremisiblemente
enganchado al tebeo underground transalpino.
Etiqueta negra; Videoclips,
de Tanino Liberatore (Ed. La
Cupula). Dos fascinantes recopilatorios del brutal, salvaje e hilarante mundo
de ese Miguel Ángel de arrabal que es Liberatore.
Hipnóticos, demenciales y descojonantes.
2.-EN ITALIANO
Snake Agent, de Stefano
Tamburini (Ed. Coniglio). Tamburini
agarra las aventuras del Agente Secreto
X9 realizadas por Mel Graff en
los 40 y las convierte, a golpe de fotocopias difuminadas, en un irresistible manifiesto
dadaísta-punk de primer orden.
Gli ultimi giorno di Pompeo, de Andrea Pazienza (Fandango Libri). Tal vez, la Obra Maestra del
underground italiano. Una obra autobiográfica lírica, feroz, electrizante,
IMPRESCINDIBLE.
Tamburo sottoterraneo, de Stefano
Tamburini (Muscles Edizioni Underground). Vital e impresionante
recopilatorio de historietas del grandísimo Tamburini.
Nuvole Sotterranee, VVAA (Muscles Edizioni
Underground). Alguien debería dar un premio a esta editorial. Nada más y
nada menos que el primer recopilatorio dedicado al underground italiano. A
correr, que quedan pocos ejemplares!!!
Algunos enlaces buenos
Y de postre, un enlace a un
bonito videoclip animado de andrea pazienza para la canción “milano e vincenzo”
de alberto fortis.
Disfrutadlo ;)
By El Lector Furioso
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