Tratar de resumir en dos líneas el impacto en mi vida de
lector de este ejemplar es imposible. Puede decirse sin exagerarse que todo lo
que soy hoy se lo debo en no poca medida a este ejemplar. Y no es que sea
especialmente maravilloso, sino que me abrió las puertas de un mundo
desconocido (el tebeo independiente USA), y gracias a los artículos que incluía
descubrí autores y obras sin los cuales no podría entender el tebeo y que hoy
día sigo comprando y siguiendo con fidelidad religiosa. La lista es interminable,
pero ahí van unos ejemplos sin ánimo exhaustivo: Howard Chaykin, Dave Sim, P.
Craig Russell, Kazuo Koike y Goseki Kojima y, sobre todo, el gran Michael T.
Gilbert. Encima, me gustó tanto que pedí los 4 primeros por correo, siendo esa
la primera vez en toda mi vida que compraba tebeos de esa manera. ¡Qué
recuerdos! “¡Que me emocionan, estúpidos”
(no-premio para el que pille la referencia).
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