Reflexiones veraniegas: Hay vida después del máster

Bueno, oficialmente he acabado el máster y, en teoría, al fin vuelvo a tener vida social. Aunque ya he terminado de manera oficial (en cuanto a notas y tal), llevo de vacaciones desde hace un par de semanas, lo que pasa es que no he parado desde entonces y es que tenía ganas de salir, pero que muchas ganas.

La verdad es que manda narices que un curso que antes era poco más que un trámite entre el final de carrera y las oposiciones se haya convertido por momentos en una autentica pesadilla que me ha afectado incluso a mi salud, aunque una vez que me he quitado el estrés espero recuperarme pronto, que no quiero dejar de salir.

Lo que si me da un poco de pena es como poco a poco se está disolviendo el grupo de amigos que habíamos creado allí, que aprender, he aprendido algo, pero amistades he hecho muchas. Aunque claro, era algo que se veía venir porque había gente de varios puntos de la geografía española e incluso algunos extranjeros que poco a poco están volviendo a sus países. Cuanto más lo pienso, más raro se me hace que esta gente haya escogido Málaga para hacer un máster, pero bueno, yo lo he pasado muy bien con la mayoría de mis compañeros, tanto en clases como fuera porque he salido un montón de veces y me he dejado un pastizal en el camino a base de juergas (aun me duele el bolsillo por algunas de ellas).

Y entonces, acabaron el máster de educación... y hubo gran regocijo
-"Yayy"

Resumiendo, que este curso saco una mejor valoración a nivel personal que académico (aunque no me ha ido mal, pero me esperaba sacar mejores notas en algunas asignaturas), y eso en gran parte ha sido debido a la gente tan dispar que he conocido. Salvando las distancias, ha sido como una Erasmus, conoces a mucha gente y sales hasta reventar, pero con la diferencia de que no he estado en ninguna residencia de estudiantes (sino en mi casita) y que he tenido que trabajar como un mulo para poder sacarme esto.

¿Y ahora qué? Si, eso es lo que me llevo planteando un tiempo, aunque todo indica que me tocará meterme a opositar, por lo que el año que viene voy a estar más asocial si cabe, pero es ley de vida; hasta que no tenga trabajo voy a tener que estar encerrado estudiando, pero mis juergorrios de fin de semana que no falten. Y ahora que se presenta el verano, a ver si hago algo productivo.

¡Nos leemos!