Hace unos días, comenté que una de las pocas cosas buenas del malogrado Salón del Cómic de Granada fueron los saldos y encontrar algunos cómics que a día de hoy están descatalogados.
Este de Lobezno y Hulk es uno de los que me compré y es un comic que por varias razones se me ha ido resistiendo demasiado.
El cómic es una maravilla gráfica y el dibujo de Sam Kieth es excelente, pasando de un dibujo muy elaborado y recargado a uno mucho más caricaturesco, pero siempre dejando su sello personal. La narratividad, como en muchos otros trabajos de este autor, es el único punto que flaquea, pero se le perdona por hacer una historia tan entretenida.
El autor muestra a un Logan con una faceta muy simpática, casi cómica, pero sin dejar atrás su lado más salvaje. En cuanto a Hulk, es presentado como un monstruo casi sin cerebro, pero ello da lugar tanto a situaciones muy cómicas entre estos dos personajes como a las ya clásicas hostias como panes entre estos dos eternos rivales. Entre estos dos, es presentado el personaje de Po, una niñita que ha sufrido un accidente de avión junto con su padre y pide ayuda a este par de salvajes.
El resultado, es una obra bastante tierna, a pesar de tanto puñetazo suelto, con bastante sentido del humor y en resumen muy recomendable para los fans del género y para los que no.
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